Letras simples. (Obvias, sí, pero bien merecidas.)



Tierna Curiosidad               

 Sylvia Zamorano

El hombre edificado
sobre su antigua infancia
aflora sus sentimiento
sin las infancias nuevas
y sigue fabricando
el giralotodo del yo.
 Los cambios sellan
estructuras niñas
templando actualidad,
y el adulto cree 
que la infancia 
es simplemente
tierna curiosidad. 


    Hoy regreso a mis letras como aquel hijo prodigo que regresa a su casa de donde por algún arrebato decidió salir apostando su destino a algo sin futuro... rasguñando sus tablas de naufrago... vislumbrando poco a poco que lo que araña no son mas que los majestuosos muros de bellistas catedrales que el mismo tardo siglos en edificar.

Por un momento me sentí atraído por crear un futuro en donde no me corresponde siquiera la existencia. El regreso es arduo. porque que tanto cuesta recuperar lo que uno es... como un hombre podría ver a otro hombre con tal crimen a cuestas... he delinquido contra mi propia natura y he sucumbido ante mi propia patología... "he caído".


Así, en lo mas oscuro de las tinieblas, siempre hay algún demonio que se convierta en nuestro salvador o en nuestro verdugo, eso, ya según nosotros. si optamos por el camino fácil y una muerte lenta o escogemos la vida y la celebración pero engendradas por el dolor. Eso, interiorizar el dolor, hacerlo nuestro es lo que nos sacará siempre avante, el halo de desesperación que nos deja y la claridad que nos brinda.


La expresión adecuada no es "he caído" , sino "me he dejado caer", sin fundamento, justificación y carente de sentido, es como si arbitrariamente dejáramos de pedalear sin sentido alguno... pero  por ser un sinsentido volitivo, me he permitido caer. Quien se rinde humildemente, gana. Así he ganado claridad en mas de un sentido. Ecce Homo, he aquí el hombre que por muy lastimado, está lucido y brillante.


He dominado demonios antes y los de ahora son niñerías agrandados por mi ilusoria mente y ahí, en mi mente, los he reducido al absurdo... la nube se ha disipado; uno es el que se aferra a la nube, la nube no tiene ningún interés en nosotros. 

Al entrar en el paraíso, los dioses me brindan su calidez y La Enseñanza que por fin saborea en mi paladar. Ese dejo de ternura que es mía y no se donde reflejar, esa infinita dulzura mía que no tiene dueño ni limite... me ha mostrado sus rostros y sus dimensiones. Una promesa infinita de felicidad sin nombres pero si propietarios.


El eterno retorno, celebra, ríe,  date cuenta del juego, el hombre serio te ha marcado pero eres mas que ello, ríe, aprende la danza de las furias, si no encuentras alguien igual o mejor que tú, continua tu camino en soledad, los inmortales te llaman, te buscan o cuando menos te esperan. A partir del hombre que eres, sé niño de nuevo.


Ingenuidad inocente, eso sabes donde encontrarla, no la busques en la plaza donde la muchedumbre, ahí solo encontraras calumnias para tu corazón. Arriésgate a ir por ella en las altas cumbres donde habita. Ahí ella sabrá leerte, y su corazón encontrará cabida en tu canción; tu canto será la alegría de su alma y su risa será el bálsamo de tu corazón. Los cambios sellan estructuras niñas templando actualidad. Tierna curiosidad, eso te llevará al sendero, lo demás llegará por añadidura. Ecce Homo.

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